
Entre los productos vetados, está el polémico DBT, que afecta al sistema inmunológico de quienes consuman frutas u hortalizas que hayan estado en contacto con este químico.
Los diputados, encabezados por la alemana Histrud Breyer, del partidos de Los Verdes, han conseguido incorporar en la lista negra otras sustancias, que incluye desde productos que afectarían al aparato endocrino hasta otras sustancias (bioacumulativas) que permanecen en los órganos de quienes las consumen durante decenas de años.
La forma de producción biológica, respetuosa con la salud y con el medio ambiente, además de sensata, será cada vez menos una opción residual para consolidarse como una tendencia. De este cambio se beneficiarán no sólo los consumidores, sino los agricultores que sepan darse cuenta a tiempo.
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